Un trabajador de la empresa alimenticia Kraft, despedido durante el conflicto gremial de 2009 y a quien se responsabilizaba como "impulsor de las asambleas", deberá ser reincorporado en un su cargo en un plazo de cinco días, según lo resolvió la jueza Viridiana Díaz Aloy.
La magistrada también dispuso que al trabajador -identificado como Nicolás Coronel, del sector "amasado" de la compañía- se le abonen más de 70.000 pesos en razón de los sueldos que le corresponden desde la fecha del despido, que ocurrió cuando el obrero comunicó a la empresa que se iba a presentar como delegado.
En su demanda, Coronel sostuvo que fue despedido "por ser un activo impulsor de las asambleas y los reclamos gremiales, a raíz de que los empleados reclamaban mejores condiciones de salud ante el brote de gripe `A`".
"La accionada, sobre quien existía la obligación de acreditar que el despido tuvo motivos distintos a los discriminatorios esgrimidos por el actor, no logró demostrar la participación activa de éste en cada uno de los hechos invocados en el telegrama extintivo", sostuvo la jueza en su resolución.
La magistrada añadió que "desde tal perspectiva, considero que el hecho de haberse dispuesto el despido del accionante en las condiciones señaladas, al concluirse que ha operado en el caso un despido susceptible de ser encuadrado en la órbita de la ley antidiscriminatoria".
En ese sentido la jueza ordenó "no solo la reinstalación del trabajador en su puesto de trabajo sino también la reparación del daño material sufrido", lo que "se traduce en el pago de los salarios caídos desde el distracto hasta la fecha, que lo fijo en la suma de 70.324,20 pesos, calculado sobre la base a la que ascendió el último salario informado".