Londres- La huelga de más de un millón y medio de empleados públicos contra la reducción de las jubilaciones propuesta por el gobierno británico paralizó ayer a casi todo el país.
El paro dejó vacías las oficinas de correo y de cobro de impuestos, bancos, notarías, librerías, centros de interés para los turistas y afectó el servicio del metro, así como la regulación del tránsito en grandes ciudades.
Asimismo, varios túneles debieron ser cerrados, además de jardines infantiles, juzgados e instalaciones deportivas, en tanto quedó interrumpido el servicio funerario, de recogida de basuras, de bomberos y de transporte por ómnibus.
Más de dos mil escuelas amanecieron cerradas este martes, incluidos 70 por ciento de los planteles en esta capital, en tanto se registraron manifestaciones en Glasgow y Edimburgo, en Escocia, y en ciudades de Inglaterra y Gales.
En Irlanda del Norte los trenes y ómnibus quedaron paralizados.
La protesta de 24 horas, convocada por 11 centrales sindicales, incluido el mayor gremio del sector público, Unison -con 11 millones de afiliados-, esta dirigida, sobre todo, contra los intentos de eliminar la llamada Regla-85.
Esa disposición permite a una parte de los empleados del sector estatal retirarse a los 60 años, si al arribar a esa edad reúnen, junto al tiempo de servicio, un total de 85 años.
Las negociaciones de los últimos tres meses, sostenidas por el viceprimer ministro John Prescott con los gobiernos locales y los sindicatos fracasaron el pasado día 14, por lo cual los gremios decidieron convocar a esa huelga.
Por su amplitud y participación de empleados esa protesta apenas es comparable con el paro general registrado en 1926.
El gobierno asegura que con el aumento de la esperanza de vida de los británicos también se puede incrementar hasta 65 la edad mínima de jubilación de todos los empleados estatales.
Con ello, asegura el gabinete, se ahorrarían entre nueve mil 500 y 11 mil 400 millones de dólares en los próximos 20 años.
Muchos de los manifestantes portaban consignas que exigían más fondos para la jubilación y menos para mantener la ocupación anglo-estadounidense de Iraq.
El secretario general de Unison, Dave Prentis, declaró que la huelga fue la única opción que les quedó a los gobiernos locales para demostrar el resentimiento y descontento de los empleados por los intentos de atentar contra sus derechos de pensiones.
Las personas pagaron el 6 por ciento de sus salarios todos los años de labor para poder garantizar el actual esquema de pensiones y ahora se les pretende obligar a trabajar por más tiempo, afirmó.
Los gremios de empleados, incluidas los centrales TG, GMB y Amicus, amenazan con efectuar nuevas jornadas de protesta en mayo próximo si el gabinete laborista desoye sus reclamos.
Al respecto, el líder de TG, Tony Woodley, aseguró que tres cuartas partes de los empleados del gobierno son mujeres y ellas serán las más afectadas por el nuevo plan de jubilaciones.
Paraliza a Gran Bretaña huelga de empleados públicos
Londres, 29 mar (PL) La huelga de más de un millón y medio de empleados públicos contra la reducción de las jubilaciones propuesta por el gobierno británico paralizó ayer a casi todo el país.
El paro dejó vacías las oficinas de correo y de cobro de impuestos, bancos, notarías, librerías, centros de interés para los turistas y afectó el servicio del metro, así como la regulación del tránsito en grandes ciudades.
Asimismo, varios túneles debieron ser cerrados, además de jardines infantiles, juzgados e instalaciones deportivas, en tanto quedó interrumpido el servicio funerario, de recogida de basuras, de bomberos y de transporte por ómnibus.
Más de dos mil escuelas amanecieron cerradas este martes, incluidos 70 por ciento de los planteles en esta capital, en tanto se registraron manifestaciones en Glasgow y Edimburgo, en Escocia, y en ciudades de Inglaterra y Gales.
En Irlanda del Norte los trenes y ómnibus quedaron paralizados.
La protesta de 24 horas, convocada por 11 centrales sindicales, incluido el mayor gremio del sector público, Unison -con 11 millones de afiliados-, esta dirigida, sobre todo, contra los intentos de eliminar la llamada Regla-85.
Esa disposición permite a una parte de los empleados del sector estatal retirarse a los 60 años, si al arribar a esa edad reúnen, junto al tiempo de servicio, un total de 85 años.
Las negociaciones de los últimos tres meses, sostenidas por el viceprimer ministro John Prescott con los gobiernos locales y los sindicatos fracasaron el pasado día 14, por lo cual los gremios decidieron convocar a esa huelga.
Por su amplitud y participación de empleados esa protesta apenas es comparable con el paro general registrado en 1926.
El gobierno asegura que con el aumento de la esperanza de vida de los británicos también se puede incrementar hasta 65 la edad mínima de jubilación de todos los empleados estatales.
Con ello, asegura el gabinete, se ahorrarían entre nueve mil 500 y 11 mil 400 millones de dólares en los próximos 20 años.
Muchos de los manifestantes portaban consignas que exigían más fondos para la jubilación y menos para mantener la ocupación anglo-estadounidense de Iraq.
El secretario general de Unison, Dave Prentis, declaró que la huelga fue la única opción que les quedó a los gobiernos locales para demostrar el resentimiento y descontento de los empleados por los intentos de atentar contra sus derechos de pensiones.
Las personas pagaron el 6 por ciento de sus salarios todos los años de labor para poder garantizar el actual esquema de pensiones y ahora se les pretende obligar a trabajar por más tiempo, afirmó.
Los gremios de empleados, incluidas los centrales TG, GMB y Amicus, amenazan con efectuar nuevas jornadas de protesta en mayo próximo si el gabinete laborista desoye sus reclamos.
Al respecto, el líder de TG, Tony Woodley, aseguró que tres cuartas partes de los empleados del gobierno son mujeres y ellas serán las más afectadas por el nuevo plan de jubilaciones.