Contrario a la creencia de que a los gerentes y directores de RR.HH. les da lo mismo realizar despidos masivos ( o más bien les gusta o les conviene) la realidad indica lo contrario.
En el juego de poder interno de todas las organizaciones, los despidos masivos les juega en contra a los directores y gerentes y muchos lo saben. Sin reconocerlo públicamente, cada vez más directivos de recursos humanos se muestran reacios a estas acciones a pesar de que forman parte de su labor.
Las decisiones para realizar despidos masivos o downsizing dentro de una organización, pueden deberse a dos motivos: crisis económicas externas provenientes de una crisis económica más importante a nivel nacional o global. O bien por una reestructuración interna de la empresa que muchas veces busca paliar problemas económicos o políticos de la misma empresa. También se producen durante fusiones y adquisiciones. A nivel profesional, los despidos masivos son perjudiciales para la función de Gerentes y Directores de RR.HH.
En todos los casos durante y después de la reorganización la imagen del área de recursos humanos queda vapuleada, debilitada y reducida en sus funciones por largo tiempo. Estos son algunos de los motivos por los cuales políticamente a los directivos de RR.HH. no les conviene en cuanto a su carrera realizar despidos masivos.
1) Porque la reducir grandes cantidades de personal en poco tiempo reduce en forma significativa también las operaciones del área RR.HH. como soporte de la operación de otros. Además durante los despidos masivos, muchos cuestionan la razón de la existencia del área de recursos humanos.
2) Durante los despidos, la función del directivo de RR.HH. se reduce a ‘apagar incendios’, a gestionar conflictos, realizar entrevistas de salida, suspender los trabajos con consultoras, contratar consultoras de recolocaciones para asesorar a los despedidos y a recortar gastos. Tareas amargas que cumplen la función de llevar adelante la reestructuración pero no dejan ningún valor agregado como por el contrario dejan las capacitaciones, los programas de desarrollo o las políticas de pago por desempeño.
3) Las acciones tradicionales que el área de recursos humanos lleva tiempo realizando desde hace tiempo y están bien aceitadas como la gestión del clima interno, acciones de voluntariado corporativo, procesos de selección de personal, capacitación, desarrollo del potencial, comunicación interna deben ser interrumpidas, los presupuestos recortados por un largo tiempo a fin de enfocarse en la ola de despidos.
4) Así como ocurre en política, cuando se ve reducido en número y en funciones un área, también se ve reducido su poder de voz y voto. Si bien muchos directivos de recursos humanos forman parte del Comité ejecutivo cuya voz y votos son iguales a otros directivos, en la práctica, en épocas de despidos masivos el protagonismo lo monopolizan los líderes de las áreas financieras, quienes relegan a un último lugar las necesidades del área recursos humanos que se convierten en ‘gastos’.
5) El terreno ganado en ‘difundir’ las acciones tradicionales, de las áreas de recursos humanos, ganar la aceptación de todos tanto en forma interna externa (stakeholders) es consumida por la reestructuración.
6) Por último y como corolario de todo lo anterior, si las funciones del área recursos humanos se reducen a la mínima expresión y a realizar el ‘trabajo sucio’ de la empresa por llamarlo de alguna manera, a la postre el directivo de RRHH también se ve muchas veces en la obligación de prescindir de algunos de sus valiosos colaboradores de equipo, porque al suspender sus actividades tradicionales de RR.HH. sus puestos ya no tienen razón de ser.
7) Muchas veces durante o después de los despidos masivos el directivo de recursos humanos también es despedido por la misma reestructuración, aunque no lo sepa desde un principio.
Por esto a estas alturas ya la mayoría de los directivos de recursos humanos saben que no los favorece desde ningún punto de vista la tarea de realizar despidos masivos, a pesar de que muchas veces deban realizar esa tarea.