París- Luego del fracaso de las negociaciones del gobierno con organizaciones sindicales y estudiantiles, la tensión prevalece hoy en Francia en víspera de protestas para demandar la cancelación del Contrato del Primer Empleo (CPE).
La crisis se acentuó tras pedir ayer la Coordinación Nacional de Estudiantes (CNE) la renuncia del primer ministro Dominique de Villepin, quien se niega a retirar el CPE, el cual otorga potestad a la patronal para despedir sin justificación ni indemnización a jóvenes menores de 26 años en un período de 24 meses.
La CNE, integrada por 60 universidades y más de un centenar de escuelas secundarias, acusó al gobierno de arrogante por aprovecharse de un procedimiento de urgencia parlamentario para conseguir la luz verde del contrato en el órgano legislativo.
Esa reacción siguió al fracaso de las negociaciones el sábado pasado entre Villepin y agrupaciones sindicales y estudiantiles, que reiteraron la petición de anulación del CPE.
En ese encuentro el primer ministro pretendía negociar las modalidades de su aplicación y flexibilizar en algo los acápites más polémicos.
A pesar de ese fallido intento, Villepin anunció que establecerá un nuevo contacto, lo cual no será hasta después de mañana, cuando la mayor presión sobre el ejecutivo la ejercerán las más de un centenar de huelgas y manifestaciones convocadas en todo el país.
Esa jornada, a la cual anunciaron ya que se sumarán más de 71 ciudades, se tornará en un fuerte pulso con el gobierno que puede desembocar en una huelga general.
Hasta el momento, el presidente francés, Jacques Chirac, ha brindado su respaldo al jefe de gobierno con llamados al diálogo entre las partes.
Pero ayer la prensa parisiense reveló que Chirac y otros titulares se reunieron con Villepin para examinar la crisis generada por el CPE.
Mientras, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Bernard Thibault, acusó al primer ministro de esperar el deterioro de la situación para diluir la causa de la crisis en otros problemas.
Por ahora, gran expectativa genera la jornada de mañana, la cual servirá de termómetro para medir el alcance de las demandas de los jóvenes estudiantes y trabajadores.
Prevalece tensión en víspera de manifestaciones en Francia
París, 27 mar (PL) Luego del fracaso de las negociaciones del gobierno con organizaciones sindicales y estudiantiles, la tensión prevalece hoy en Francia en víspera de protestas para demandar la cancelación del Contrato del Primer Empleo (CPE).
La crisis se acentuó tras pedir ayer la Coordinación Nacional de Estudiantes (CNE) la renuncia del primer ministro Dominique de Villepin, quien se niega a retirar el CPE, el cual otorga potestad a la patronal para despedir sin justificación ni indemnización a jóvenes menores de 26 años en un período de 24 meses.
La CNE, integrada por 60 universidades y más de un centenar de escuelas secundarias, acusó al gobierno de arrogante por aprovecharse de un procedimiento de urgencia parlamentario para conseguir la luz verde del contrato en el órgano legislativo.
Esa reacción siguió al fracaso de las negociaciones el sábado pasado entre Villepin y agrupaciones sindicales y estudiantiles, que reiteraron la petición de anulación del CPE.
En ese encuentro el primer ministro pretendía negociar las modalidades de su aplicación y flexibilizar en algo los acápites más polémicos.
A pesar de ese fallido intento, Villepin anunció que establecerá un nuevo contacto, lo cual no será hasta después de mañana, cuando la mayor presión sobre el ejecutivo la ejercerán las más de un centenar de huelgas y manifestaciones convocadas en todo el país.
Esa jornada, a la cual anunciaron ya que se sumarán más de 71 ciudades, se tornará en un fuerte pulso con el gobierno que puede desembocar en una huelga general.
Hasta el momento, el presidente francés, Jacques Chirac, ha brindado su respaldo al jefe de gobierno con llamados al diálogo entre las partes.
Pero ayer la prensa parisiense reveló que Chirac y otros titulares se reunieron con Villepin para examinar la crisis generada por el CPE.
Mientras, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Bernard Thibault, acusó al primer ministro de esperar el deterioro de la situación para diluir la causa de la crisis en otros problemas.
Por ahora, gran expectativa genera la jornada de mañana, la cual servirá de termómetro para medir el alcance de las demandas de los jóvenes estudiantes y trabajadores.