¿Qué hacer cuando te toca un mal jefe? (II)

Por ejemplo, ‘cargas de trabajo sistemáticamente desiguales  a una misma jerarquía de empleados’, puede ser una de esas decisiones de tu jefe que activan tus impulsores de la bronca e inician un proceso interno de rotación laboral. Veamos cómo podrías manejar esta situación para beneficio personal.

Cómo interpretar la situación sería parte de la solución, sino fuera porque la intención de tu jefe no siempre coincide con tu percepción.

Sigamos con la nota que comenzamos en el artículo anterior.
Ya vimos dos perfiles distintos de jefes, ahora veamos algunos de los comportamientos típicos que más podrían irritarte (nota: si tu eres jefe, esto podría servirte para reconocer el daño potencial que podrías estar causando, consciente o inconscientemente, por no haber dedicado un tiempo a actualizar las job-descriptions o por no haber reservado 10’ para entender por qué alguien de tu equipo considera injusta su carga de trabajo. Recuerda que esto tiene un costo ocultos enormes, que se traducen en rotación, baja performance, hostilidad intra-equipo, ruptura en la comunicación y conflictos internos, los cuales a su vez puedes traducirlos  fácilmente en dinero).

§   ¿Hay justicia en las organizaciones?

El comportamiento de tu jefe puede ser desde ambiguo hasta lo que quieras, pero en realidad lo que más puede jugarte en contra  es la reacción que tomes al respecto. Te digo algo sobre esto y vuelvo a tu jefe: cuando uno piensa si #es justo que a fulano le den tan poco trabajo y a mi no, o viceversa, que le den mucho trabajo a él y a mi no, o que lo nombren project leader a él y a mi no… o que me nombren responsable de otro proyecto a mi y a él no… la persecución por la justicia laboral comienza a volverse, sin querer, en el foco de tu esfuerzo, tus comentarios y tu día a día. Y ahora, de la noche a la mañana, el problema ya no es de tu jefe, es tuyo. Te lo compraste. Tu percepción de la situación se adueño de tu pensamiento y así tu comportamiento posterior y, seguramente, los resultados que comenzarán a llegar à ejemplo: si piensas que estás siendo injustamente tratado/a y no estás siendo oído, posiblemente quieras tomar tus propias acciones correctivas, llegando tarde, yéndote más temprano o tomándote más minutos para el almuerzo cuando el jefe no te esté mirando. Esta dinámica, lejos de ser virtuosa, lleva intrínsecamente las semillas de muy pequeñas y malas decisiones tomadas diariamente, lo que para mí te posiciona en el umbral contrario al del éxito.

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§    Un entorno laboral en erupción: te pide que entrenes a otros que, debido a esto, estarán logrando promociones que se te niegan automáticamente a ti.

Esto se pone feo… ¿entrenar a otros para que logren el puesto o la posición que yo quería? ¿Qué clase de pedido es ese? ¿Cómo va a jugar así con mi moral?’ Ok, yo se los entreno, pero que se prepare. Van a quedar bien preparaditos… je,je,je’

La sensación de sentirse utilizado (por no decir otra cosa) es algo que apunta directo al corazón de la víctima, más aún cuando las expectativas, los mensajes y hasta la evaluación de desempeño hablaban de otra cosa. Pero analicemos el pedido una vez más: ‘te pido que entrenes a tal y tal, para tal cosa’. Si toman la situación literalmente, lo único que recibieron es información, ninguna patada en ningún lado. Tu pensamiento se encargó de traducir eso en lo que sería la peor de tus novedades del día. Por qué? Porqué pedirte que entrenes a otros… 

a)       no es poca cosa;

b)      es una enorme responsabilidad;

c)       siempre dio prestigio;

d)      te prepara para más,

El error de tu jefe pudo haber sido el no ser claro en tu proyecto de carrera; pero el tuyo que no sea el de no valorar un movimiento horizontal! Olvídate por un momento de pensar que el único avance en las organizaciones es el vertical (como sucedía antes), ya que en organizaciones matriciales la exposición horizontal (misma responsabilidad, distintas áreas), diagonal (algo más de responsabilidad y misma área) también son muy frecuentes.

Estas son varias posibles alternativas o sugerencias de acción para cada una de las dos actitudes mencionadas anteriormente:

  1. En el caso del jefe ‘poco amante de la equidad’:

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§   Buscá respuestas (utilizando preguntas que alienten a la comprensión, no que inciten al ataque) a las siguientes preguntas: ¿será que me da más trabajo porque sabe que puedo? ¿Será porque me está exponiendo a algo de mayor responsabilidad? ¿Será porque soy el único que puede hacerlo? O será porque a alguien tenía que hacerlo y quedé yo? O será por alguna otra razón que desconozco?

Eres realmente el único al que le pasa esto del ‘extra workload’? Tu tienes más tareas que otro, ¿pero no habrá alguien que tiene más tareas que tú? No es una satisfacción, pero al menos tu jefe balancea para todos lados. Te sugeriría que no le dediques mucho tiempo a esto, pero si realmente quieres armar tu ‘caso’, investiga lo que hacen otros, qué ha pasado con quienes han trabajado con este

§   jefe… puedes encontrar alguna evidencia que demuestre que la cosa es contra ti? o se sabe que lo hace siempre, con todo el mundo? ¿Hay más gente que se ha sentido subestimada y sobrecargada de trabajo?

§   Si al fin pudieras concertar una reunión con tu jefe, ¿tienes ya una idea de lo que para vos representaría una carga de trabajo equitativa, desafiante y realizable? Nada peor que tener la pelota de nuestro lado y no saber finalmente qué hacer con ella.

§   Y en este caso, como consejo final, te diría que no juegues tu trabajo por ‘carga de trabajo’; a la larga, si las cosas no te salieran como quisieras, podrías estar quejándote por falta de trabajo. Tu decides qué prefieres. Piensa.

  1. En el caso del jefe que parece pedir cosas que encajan en tu ‘modelo’:

§    Todo lo que te sirva para ser más necesario para tu empresa o, en su defecto, más empleable para el mercado de trabajo, comprálo. Suma competencias, sumá activos intangibles. Tu fuiste el favorito, no ellos. Y asegúrate de hacer el mejor trabajo que puedas, entrenando a ese equipo.

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§    Si aún sientes que ese puesto podría ser tuyo (al fin y al cabo lo estarás entrenando para lo que se espera del puesto), pregúntale directamente a tu jefe por qué no te consideró para el mismo. Se necesita algo que tu no tienes o algo que aún te falta desarrollar? Eres bueno y tienes las competencias necesarias para entrenar a la gente en ‘project management’ pero no estás preparado para liderar un proyecto en donde la presión, el stress y el nivel de reporte es continuo? Puede ser! No todo el mundo es bueno para todo, por lo cual, toma coraje y hazle a tu jefe esa pregunta. Y no esperes tres meses para hacerla; te podrías estar perdiendo alguna nueva oportunidad de promoción.

Conclusión
Si piensas que es injusto que los demás no te promocionen… pensá que podés hacer para promocionarte vos mismo! Aprende las reglas del juego e inicia tu propia campaña de marketing personal. Los jefes no son lo que deberían ser ni hacen lo que quisiéramos que hicieran; de hecho posiblemente están repitiendo los errores que juraron no cometerían cuando fueran jefes. Pero son los jefes, y hoy estás en esta situación. Y por alguna razón (que trasciende tu esfera de conocimiento) están allí. Así que eres tú el que debe decidir cada paso y, sobretodo, cada pensamiento asociado a la información que recibes de ellos.

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