Trabajar más de doce horas por día, no encontrar adónde estacionar y vivir a las corridas, son situaciones cotidianas que provocan estrés. El 62 por ciento de los gerentes de las empresas sufren crónicamente de este mal, según la Sociedad Argentina de Medicina. Para revertir esta situación, cada vez cobra más impulso un mercado que ya ocupa un nicho hasta ahora inexistente: centros de relajación que atienden a los empleados en la propia oficina.
"Asistimos a personas que sufren estados preocupantes. Les tiembla el cuerpo, tienen un alto nivel de ansiedad y problemas de sobrepeso", le explicó a La Razón Silvia Vales, directora de un centro de meditación, ubicado en el microcentro.
Los síntomas de aquellos que ocupan cargos jerárquicos y que se acercan a las diversas terapias, son: cansancio, exceso de presiones, hiperactividad, no obtienen resultados con sus psicólogos y quieren recuperarse lo más rápido posible.
"Buscaba un cambio en mi vida porque estaba fuera de foco. Trabajaba doce horas por día, tenía cefaleas y vómitos constantes, problemas de agresividad y crisis en mi familia", dijo el "team líder" de IBM Argentina, Néstor Piquet, quien en menos de cuatro meses bajó 15 kilos y logró que su celular no sonara a cada rato. "Entendí que el cambio era interno, que tenía que aprender a delegar. Esto fue gracias a unas charlas que me orientaban en los aspectos psicológicos y laborales", admitió.
El yoga para ejecutivos es una de las opciones para las empresas. Se puede tomar una clase en el lugar de trabajo, dura 45 minutos y regenera de manera radical el ánimo del trabajador y mejora su rendimiento. Los cursos rondan los 10 pesos por clase o 40 pesos por mes. "Nosotros incorporamos esta técnica hace dos años. Como nuestra empresa es de servicios financieros, hay que tomar decisiones rápidas y de mucha responsabilidad, esto genera un alto nivel de estrés. Desde que tenemos las clases, los empleados tienen un mayor entusiasmo y mejores niveles de concentración", explicó el gerente de recursos humanos de Capital Markets Argentina, Alejandro Lebrero.
Otra alternativa son los masajes. Varios kinesiólogos llevan sus sillas ergonómicas a las oficinas que requieren sus servicios. "No es necesario desvestirse ni tener privacidad y las sesiones duran entre 20 y 25 minutos", contó la licenciada Soledad Barrenechea. El precio es de un peso el minuto, y la cantidad de tiempo varía según las necesidades del cliente.
"Muchas compañías, cuando ven que en algunas áreas hay mal desempeño les pagan clases de relajación a sus empleados", agregó Vales, quien cada vez es más solicitada para que dicte sus charlas de relajación en distintas empresas.
Recibir masajes y meditar en la oficina, un novedoso delivery
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