El Gobierno británico ha anunciado una reducción del 22% en la cifra de permisos de trabajo para personas no procedentes de la Unión Europea, que a partir de abril de 2011 será limitada a 21.700 permisos permisos para trabajadores cualificados.
Por otro lado, el Gobierno ha fijado en 40.000 libras anuales el salario mínimo a pagar por las empresas que pretendan trasladar a Reino Unido a sus trabajadores procedentes desde otros países ajenos a la UE, cuya estancia deberá oscilar entre un mínimo de 12 meses y un máximo de cinco años.
"El anuncio de hoy establece una aproximación clara y racional hacia qué trabajadores aceptaremos en el mercado laboral de Reino Unido", dijo la responsable de Interior, Theresa May, quien precisó que esta medida permitirá "no sólo reducir la inmigración hasta niveles sostenibles", sino proteger negocios e instituciones vitales para la economía del país.