La petrolera británica BP relevó a su director ejecutivo, Tony Hayward, quien ayer declaró ante la comisión investigadora del Congreso estadounidense por el derrame de crudo en el Golfo de México.
"Es claro que Tony (Hayward) hizo comentarios que enojaron a la gente", declaró a la emisora televisiva londinense Sky News el presidente del consejo de administración de BP, Carl-Henric Svanberg, al explicar la decisión.
El CEO desplazado había declarado ante periodistas que quería "recuperar su vida", expresando cansancio por la dedicación al derrame, difundió la agencia de noticias DPA. Hayward entregará la conducción a Bob Dudley, directivo de BP desde 2009, después de haber sido presidente y CEO de TNK-BP, la tercera mayor empresa petrolera y gasífera de Rusia.
Svanberg dijo que Hayward se había trasladado a Estados Unidos después de la explosión de la plataforma petrolera "Deepwater Horizon" en el golfo de México el 20 de abril, que dejó once muertos, con la misión de coordinar la respuesta al derrame, pero que el control del desastre no resultó según lo planeado.
"Todos pensaron que iba a ser logrado con mayor rapidez", dijo el directivo y admitió que la marea negra derivó de accidente industrial a una cuestión política de amplia repercusión.
"Esto se convirtió ahora en un tema de reputación, un problema financiero para BP y una cuestión política", dijo Svanberg para explicar por qué decidió tomar mayor protagonismo en el tratamiento de la crisis. Además, señaló que el derrame se debió "a un accidente que era improbable y que provocó graves consecuencias".
Hayward declaró ayer ante una comisión legislativa en Estados Unidos, donde se disculpó por el derrame. "La explosión… no debería haber ocurrido nunca y lamento profundamente que haya ocurrido", indicó y calificó de "horrendo" el accidente.