Una persona puede sentirse satisfecha con su trabajo por muchas razones entre ellas que le permite ir más allá. O puede sentirse insatisfecha porque no está conectada con su trabajo o porque quiere hacer un mejor trabajo, quiere hacer cosas a lo grande, o quiere mejorar profesionalmente. Y esta clase de insatisfacción es la actitud más valiosa que cualquier organización pueda tener entre sus empleados, y la expresión más real de orgullo por el trabajo y responsabilidad. Hay una satisfacción que proviene del sentimiento de plenitud y otra de la apatía.
Asimismo una cosa es sentirse insatisfecho por estar descontento y otra por el deseo de hacer un mejor trabajo.
Cuando se pregunta a las personas si están satisfechas con su trabajo, los porcentajes a menudo son elevados, pero no se sabe cuál de los dos tipos de satisfacción se trata.
La satisfacción es inadecuada. Es un conformismo pasivo. Una persona insatisfecha o bien puede renunciar o proponerse llegar a lo más alto de la Compañía y lograrlo. Pero ¿qué hace el hombre satisfecho? Debe tener un buen desempeño.
Pero la satisfacción es, sobre todo, inadecuada como motivación. Es una aceptación pasiva. Un hombre que está profundamente insatisfecho se puede cerrar; o si se queda, que es probable que se amargue y se mueva en oposición a la empresa y a la gestión. Pero lo ¿qué hace el hombre que está satisfecho? Después de todo, la empresa debe exigir del trabajador que realice su trabajo, de buen grado. Se debe tener el rendimiento, el buen desempeño de la gente, no sólo la aquiescencia.
La preocupación actual en cuanto a la satisfacción surgió de la constatación de que el miedo ya no es necesario para la motivación para el trabajador en la sociedad industrial. Pero en lugar de enfrentar el problema creado por la desaparición del miedo como motivador lo que necesitamos es reemplazar las condciones impuestas desde el exterior relacioandas con el miedo con una auto-motivación interna para el rendimiento. La responsabilidad – no la satisfacción – es lo único que va a servir.
Uno puede estar satisfecho con lo que alguien está haciendo; pero para llevar a cabo una tarea uno tiene que asumir la responsabilidad de las propias acciones de uno y su impacto. Para llevar a cabo una labor bien realizada, se ha de estar insatisfecho, lo que motiva a querer hacerla mejor.
La responsabilidad no puede ser comprada con dinero. Las recompensas y los incentivos financieros son, por supuesto, importantes, pero funcionan en gran parte de manera negativa. El descontento por recompensas financieras es un poderoso freno, minando y corroyendo la responsabilidad por el desempeño. Sin embargo, la satisfacción por la recompensa monetaria no es así, la evidencia indica, una motivación positiva suficiente. Motiva sólo cuando otras cosas han hecho que el trabajador esté listo para asumir la responsabilidad.
Fuente: The Practice of Management (Peter Drucker)