MADRID. El 20,8 por ciento de los estudiantes universitarios españoles matriculados en un ciclo largo logran graduarse en el periodo típico considerado, lo que demuestra un “rendimiento académico –créditos superados del total de matriculados– relativamente reducido”, según el informe \’La contribución de las universidades españolas al desarrollo 2007\’, realizado por la Fundación CYD, que recoge datos de los cursos 2004-05, 2005-06 y 2006-07.
El estudio, presentado ayer, asegura que, como consecuencia de estos datos, la tasa de graduación, es decir, la proporción de graduados respecto a las personas en edad de graduación, es inferior en España que en el resto de los países de la OCDE (32,7 por ciento frente al 36,4 por ciento). En este sentido, el director del informe, Martí Parellada, junto al Vicepresidente de la Fundación, Francesc Solé, señalaron que “lo más preocupante” es que en diez años, esta tasa en España ha crecido la mitad que en los países miembros del organismo europeo.
El descenso del número de estudiantes y la “escasa” movilidad –sólo el 10 por ciento realizaron sus estudios en una región distinta a la de su residencia– son dos “debilidades” del sistema universitario español subrayados por los responsables del estudio. Si bien en el curso 2004-2005 el número de matriculados en primer y segundo ciclo descendió al 83 por ciento, manteniéndose estable durante dos cursos, en el 2006-2007 esta cifra alcanzó el 85 por ciento, lo que indica, que de cada 100 plazas, quince se quedaron libres.
MAYOR CALIDAD DOCENTE E INVESTIGADORA
Otro de los aspectos a destacar de este informe, es el ranking de universidades públicas. Así, en cuanto a la capacidad de atracción de los estudiantes, la Universidad Pública de Navarra (UPN) se sitúa a la cabeza de la lista, seguidas de las de A Coruña, Santiago de Compostela y Salamanca.
En calidad docente, medida a través de indicadores como la tasa de abandono, de rendimiento y de graduación, recursos docentes o el grado de apertura al exterior, destacan la Universidad Pública de Navarra (UPN) y la Pompeu Fabra, respecto al resto de universidades. Asimismo, en cuanto a la calidad investigadora –porcentaje de personal docente investigador que es doctor, sexenios del profesorado, tesis producidas, o ingresos en I+D–, el informe destaca la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universitat de Barcelona (UB).
En este sentido, Parellada, aseguró que la “heterogeneidad” del sistema español es “positiva”, ya que, a su juicio, “los cambios del marco legal, tras la modificación de la Ley Orgánica de Universidades (LOMLOU), se ha otorgado mayor autonomía a los centros”, señalando que “cada universidad tiene la posibilidad de definir sus propias opciones estratégicas porque no todas tienen las mismas necesidades que cumplir”.
Por este motivo, el informe propone la creación de instrumentos que permitan a las universidades avanzar en su diferenciación, tales como un sistema de financiación por objetivos, una política de personal docente renovada y una mejor evaluación de la calidad.