ESTOCOLMO. No hace todavía dos meses de la llegada del Gobierno conservador al Poder en Suecia cuando la economía del país vive una de las épocas más revolucionarias de todos los tiempos.
Si bien la prometida rebaja de impuestos se recibió en todos los ámbitos con euforia, la medida anunciada ayer por el flamante ministro de Hacienda Anders Borg de multar a los parados que no busquen un puesto de trabajo de forma activa, ha puesto a los sindicatos en pie de guerra.
Ahorro notable
No obstante el Gobierno confía en que la propuesta lanzada por Borg, que llega acompañada de otras incluso más duras como retirar el subsidio de desempleo a aquellos que llevan años sin trabajar, permitirá reducir el actual nivel de un 4% de desempleo, ahorrará 2.000 millones de coronas suecas anuales y, lo más importante, reducirá el desempleo juvenil e incitará a los ciudadanos a buscar una ocupación «blanca» remunerada.
Las multas serán de, alrededor de 680 coronas diarias, suma que corresponde al subsidio de desempleo.
«En algunas provincias un 50% de los parados no se han molestado en buscar trabajo durante los últimos meses.
Dado que la ayuda al desempleo es muy alta opinan que no necesitan "un curro" para vivir bien».
Desde ahora los Arbetsförmedlingarna (Oficinas de Empleo) tienen carta blanca para retirar los seguros de paro -conocidos como la A kassa- a aquellos que no cumplan con las nuevas ordenanzas. Opina Borg que aunque muchos economistas han defendido que las mejoras sociales deben mantenerse por encima de todo y que los subsidios mantienen la dignidad del individuo, la reacción era vital cuando se comprueba que muchos ciudadanos, nacionales e inmigrantes, se aprovechan sistemáticamente del sistema: «Hay puestos de trabajo pero faltan ganas».
Recorte de impuestos
Por otro lado y para endulzar esa píldora el ministro promete un recorte de hasta un 50% del impuesto directo del Estado a los asalariados que ganen menos de 30.000 coronas mensuales.
La histórica reforma ya está en marcha. Los economistas de prestigio que aplauden la idea de Borg y aseguran que gracias a esa estrategia se reducirá a mínimos el actual índice de un 4% de desempleo, han calificado la novedad de «revolucionaria».
Entre un 58 y un 60% de la población sueca vive a costa de la Seguridad Social, resultado de la política económica socialdemócrata en la que el Estado respondió del bienestar de los ciudadanos desde la cuna a la tumba.