LIMA. Los trabajadores y el pueblo minero de la Oroya, en los Andes centrales de Perú, dieron otra oportunidad a Doe Run para que supere una crisis que paralizó las operaciones en su complejo metalúrgico y la llevó al borde de la quiebra, informó el viernes un dirigente sindical.
Trabajadores y pobladores que viven cerca de la fundición y refinería de minerales de Doe Run, uno de los más importantes del país, realizaron el viernes un referéndum para definir si presentaban ante el poder judicial un recurso para obtener la administración judicial de la empresa o si apoyaban darle más tiempo a la firma para plantear una solución.
El presidente del comité electoral de La Oroya, Walter Quincho, dijo que el 70 por ciento votó en favor del salvataje de Doe Run, mientras que un 25 por ciento votó por presentar la medida cautelar en el poder judicial.
En tanto un 4,6 por ciento votó en blanco o viciado.
"Eso ha sido una decisión histórica para el pueblo de La Oroya y es una nueva oportunidad que la empresa Doe Run Perú recibe por parte de sus trabajadores", dijo Quincho a la radio local RPP.
"Esperamos que esa decisión sea la más viable, la más acertada y queremos que la empresa se comprometa en seguir con las tratativas y llegar a una nueva solución", agregó.
Doe Run Perú, del estadounidense Grupo Renco, planteó la semana pasada una inyección de 31 millones de dólares de capital fresco por parte del accionista mayoritario y pidió al Gobierno una extensión de 30 meses del plazo de un plan ambiental (PAMA), que vence en octubre.
La firma, que debe 100 millones de dólares a proveedores mineros y que tiene inversiones pendientes por 73 millones de dólares para el PAMA, ofreció además pagar un tercio de la deuda, comprometiéndose a cancelar la diferencia en tres años.
El Gobierno y las empresas mineras acreedoras han considerado que la propuesta de Doe Run es "insuficiente".
Perú es un importante exportador mundial de metales.