MADRID. El 13% de la población europea ocupada, es decir, unos 17 millones de trabajadores, sufre algún tipo de violencia laboral, porcentaje que en España alcanza casi el 10%, según ha denunciado este jueves UGT, que ha advertido de que las políticas de recorte están incrementando la violencia en el trabajo y los costes de protección.
El sindicato apunta que este problema ya no es sólo patrimonio de aquellas empresas que manejan bienes de alto valor, como bancos, joyerías y farmacias, sino que se vincula cada vez más a las actividades de servicio público (sanidad, educación, servicios sociales, transportes públicos, etc.).
"El riesgo de sufrir situaciones de violencia, lejos de reducirse, se consolida y se amplía en los actuales tiempos de crisis de los servicios públicos", subraya la organización que dirige Cándido Méndez en un comunicado.
Según las Encuestas Europeas sobre Condiciones de Trabajo, desde 1996 a 2010 la violencia laboral externa afecta en torno al 4% de la población ocupada, mientras que la interna afecta al 9%.
En España, el porcentaje de incidencia ha ido creciendo, de modo que si en las primeras encuestas se situaba por debajo de la media europea (2%), en las últimas se sitúa mucho más cerca en violencia externa o de terceros (3,6%), mientras que por lo que respecta a la violencia interna está en torno al 5%.
UGT asegura que España "tiene mucho trabajo por delante" para situarse en la media europea en orden a resolver este creciente problema de salud laboral, que no sólo incrementa el número de trabajadores dañados cada día sino que también aumenta los costes para su protección.
En este sentido, el sindicato recuerda que la reciente Ley de Salud Pública sitúa, dentro de las prestaciones para la promoción de la salud laboral, la acción contra la violencia.
"Si el crecimiento del Estado de Bienestar generó mayores expectativas de disfrute para toda la ciudadanía, las políticas de recortes continuadas, intensificadas hasta la asfixia con la crisis, pasando cada vez más a una "sociedad de malestar", frustra tales expectativas. De ahí la multiplicación de tensiones y de conflictos, así como de incidentes y agresiones, sean físicas, psíquicas, puntuales o sistemáticas", alerta la central.